El papel transformador del Big Data en la educación
Nos encontramos a las puertas del nuevo curso escolar, un curso que miles de estudiantes iniciarán con ilusión y con el objetivo de adquirir conocimientos que les permitan desenvolverse profesionalmente a lo largo de su vida. Sin embargo, antes de que llegue el mes de junio muchos de ellos habrán abandonado sus estudios secundarios sin obtener ninguna titulación y sin proseguir ningún otro tipo de formación.
Según las estadísticas del Ministerio de Educación, en 2018 la tasa de abandono temprano en España registró un 17,9%. Es la mejor cifra de la última década y significa una bajada de 14 puntos porcentuales respecto a 2008. A pesar ello, seguimos distanciados del objetivo europeo del 15% para 2020, y nos hemos situado en la primera posición de abandono temprano –por encima de países como Malta o Rumanía- de toda la Unión Europea.
Causas del abandono escolar
Aunque nuestras cifras han mejorado, es evidente que algo sigue fallando: falta de prevención, escasez de motivación, ausencia de compromiso, metodologías obsoletas, necesidad de una orientación más personalizada … son los principales motivos que señalan los expertos.
La educación debe adaptarse a la nueva sociedad y al nuevo mercado laboral que están surgiendo del proceso de transformación digital en el que estamos embarcados. Todos los sectores están evolucionando y la educación no puede quedarse fuera de juego, porque será la responsable del futuro de las siguientes generaciones.
En lo que coinciden todos los especialistas es que es urgente transformar las metodologías educativas, cuyos principios básicos siguen siendo los mismos desde hace siglos y buscar nuevos planteamientos. No podemos seguir fomentando un sistema basado en la memorización de hechos, fechas, datos…, porque todo ya está en Internet, disponible con solo un clic. Los estudiantes deben interiorizar otras habilidades: el pensamiento creativo, la investigación, la comunicación y el trabajo en equipo, el sentido crítico o la responsabilidad digital son algunas de las más importantes.
Además, tampoco es razonable que la educación sea uniforme para todos, sin tener en cuenta las particularidades de cada alumno. Es necesario un sistema que detecte las capacidades y las carencias individuales y ofrezca unos medios y un itinerario diseñados específicamente para cada estudiante.
El potencial del Big Data
Pero, ¿cómo puede conseguirse? La clave está en los datos y en su análisis. El Big Data nos abre un nuevo mundo de posibilidades entre las que se encuentran la de alimentar un conocimiento profundo de cada alumno y diseñar una formación personalizada para él, la de detectar de manera prematura indicios de un eventual fracaso escolar o la de identificar en qué carrera universitaria los estudiantes tendrían una probabilidad de éxito más alta y conducirles hacia ella antes de la selectividad.
Gracias a las nuevas tecnologías la educación será realmente accesible para todos y ofrecerá un aprendizaje más personalizado, con instrumentos digitales que: elaborarán contenidos y herramientas educativas que responderán a las necesidades inmediatas de los estudiantes; detectarán las dificultades de aprendizaje y los síntomas del fracaso escolar; e impulsarán a los alumnos para revelar su máximo potencial.
Los hechos demuestran que los países que más están invirtiendo en la transformación digital de la Educación –como Finlandia– están ofreciendo una mayor capacitación para el futuro a sus estudiantes y obteniendo mejores resultados académicos.
Las empresas de consultoría tecnológica especializadas en transformación digital pueden convertirse en eficaces aliadas para implementar la tecnología necesaria en los centros educativos. Si queremos que el futuro de la educación en España esté marcado por la calidad y por su correspondencia con el mundo real, el momento de actuar ha llegado.