Tecnología contactless, presente y futuro
Tecnología contactless, presente y futuro
La tecnología contactless ha experimentado una gran expansión durante los últimos años. Una de sus primeras y más extendidas aplicaciones ha sido el acceso a los transportes públicos.
Hace años ciudades como Londres o Hong-Kong apostaron por las nuevas tecnologías -con las tarjetas Oyster Card y Octopus- para facilitar el acceso de los usuarios a los medios de transporte. Hace unos años también, Madrid decidió actualizar su obsoleto sistema de validación de viajes basados en banda magnética (Edmonson) a través de una solución de Ticketing Contactless desarrollada por VirtualDesk.
Este sistema tiene numerosas ventajas. Entre ellas podemos resaltar que a los viajeros les permite realizar validaciones más rápidas, tener varios títulos de transporte integrados en la misma tarjeta y realizar pagos más seguros y efectivos. Para los operadores de transporte es una gran herramienta para optimizar el funcionamiento de los accesos, mejorar el servicio que prestan a sus usuarios, disminuir costes, reducir el fraude y recoger valiosa información operativa.
En la actualidad, la solución de ticketing desarrollada por Virtual Desk, denominada G-BIT gestiona más de 3,5 millones de tarjetas personalizadas y casi 6 millones de tarjetas anónimas que suponen más de 7 millones de viajes diarios.
La tecnología contactless no se limita a franquear el control de accesos, su potencial es muy amplio. Actualmente se está usando para acciones como el pago de peajes y parquímetros, la entrada y el préstamo de libros en bibliotecas, la apertura inteligente de vehículos o la identificación y el seguimiento de mercancías. Algunos países ya han comenzado a integrarla en los documentos de identidad de sus ciudadanos, como el pasaporte o el carnet de conducir.
El futuro que se perfila para esta la tecnología es sorprendente. Ya se están haciendo pruebas para la implantación de chips subcutáneos en seres humanos. Se plantea como la forma de evitar la usurpación de identidad y la manera de garantizar al acceso seguro edificios, ordenadores, bases de datos… Además, se está trabajando en su uso con fines médicos, como la identificación y el seguimiento de pacientes o la consulta de archivos médicos descentralizados.
Otra de las utilidades que se están desarrollando es su utilización como señales de tráfico inteligentes. Estas pruebas iniciales consistirían en enterrar transpondedores bajo la carretera (radiobalizas), para que pudieran ser detectadas por un aparato integrado en el vehículo, que transformaría las emisiones del transpondedor en mensajes de voz o proyecciones. También serían prácticos para complementar los datos GPS en lugares aislados, como los túneles.
Las posibilidades que ofrece esta tecnología son ilimitadas y los nuevos usos están por llegar, si bien, su utilización, por ejemplo en el sistema de transportes de la Comunidad de Madrid, ha sido todo un éxito. Pero se trata tan solo del comienzo de la generalización de un sistema que hará más fácil la vida de las personas.